Estaba en Barcelona por temas de trabajo y me alojaba en un hotel. La semana fue tediosa y agotadora pero el viernes por la tarde por fÃn volverÃa a Valencia con mi Ana.
Además, tenÃamos un fin de semana prometedor y entretenido pues venÃan unos amigos a lo cuales no habÃamos visto en mucho tiempo.
La noche del jueves al viernes estaba quemado con mi trabajo.
El hotel no me gustaba nada y encima era muy ruidoso. SerÃan las nueve de la noche cuando aburrido en mi cama decidà echar un vistazo a una APP de citas.
Se pillaba alguien cercano podrÃa venir conmigo al hotel y alegrarme el final del dÃa. No vi nada interesante hasta que me saludó alguien. No lo habÃa visto porque no estaba cercano.
Cuando me saludó y salió su imagen, la aplicación me mostraba que estaba una distancÃa de unos veinte kilometros. Al principio pensé que no merecÃa la pena entablar una conversación con él pues estaba lejos pero dado mi aburrimiento, respondà a su saludo:
- Encantado Isaac, yo Raúl. Qué buscas?
- Pasar un buen rato. Jugar con alguien caliente.
- Mmmm! Tu nick de versátil 45 supongo que me responden algunas preguntas.
¡Joder! de golpe me subió el calor a la cara. No me lo podÃa creer. Era mi oportunidad de disfrutar de un trio.
El mero hecho de pensarlo me puso la polla a cien. Isaac tenÃa puesta una fotografÃa en la aplicación de cuerpo entero y con cara.
No tenÃa nada que ocultar. ParecÃa un poco hippie por su forma de vestir y aquella medÃa melena desaliñada. A pesar de sus cuarenta y cinco años aparentaba menos edad. Se le veÃa delgado, un cuerpo normal.
Yo no pude evitar preguntarle si estaban dispuestos a hacerse los veinte kilometros hasta el hotel donde me alojaba. Isaac me respondió que no porque no contaban con coche para desplazarse en ese momento pero me invitaron a su casa. Todo no podÃa ser perfecto.
Durante unos minutos pensé en si ir o no pero al final...
- Mientras te guste. Me visto y os aviso cuando llegue. Entre que encuentro el sitio y donde aparcar... supongo que llegaré en una hora.
- Ok, aquà te esperamos.
Me levanté de la cama corriendo sacandome la camiseta y los calzoncillos para entrar en la ducha. Desnudo me di cuenta de mi polla morcillona ante la espectativa de acostarme con un matrimonio por vez primera. Me vestà y salà pitando hacÃa su casa dirigido por mi inseparable móvil.
Les avisé por la aplicación de mi llegada y me enviaron el número de piso y letra. VivÃan en la undécima planta. Entré en el portal y subà al ascensor aprovechando el espejo para mirarme por última vez mi aspecto.
Estaba muy nervioso cosa que suele pasarme en la mayorÃa de estas citas pero esta vez era especial. Luego me dà cuenta que no pedà ninguna fotografÃa de ella.
Durante el recorrido que del ascensor no paraba de repetirme ... que esté buena, que esté buena.
Cuando salà del ascensor él me estaba esperando en la puerta. Me dió la mano y me hizo entrar.
Isaac iba en pantalón corto y una camiseta. El piso seguÃa la misma tónica que el barrio.
Extenso, con grandes ventanales. Un ático envidiable con una impresionante terraza y unas bonitas vistas al campo de golf. La decoración seguÃa el estilo de los habitantes, rústica con influencias Ãndias y africanas.
A la pareja le debÃa de gustar viajar mucho pues dudo que tantos abalorios étnicos colgados en la pared fuesen comprados en tiendas de decoración.
Esas cosas se notan cuando no estan fabricadas en serie.
Tras un largo pasillo apareció una morena y bajita mujer. MedirÃa uno con cicuenta y seis centÃmetros de algo más o menos.
Iba en braguitas rosas y sus senos unicamente los cubrÃa un top mostrando todo plano estómago.
Las tetas le bamboleaban bajo el minúsculo top y se podÃa intuir su forma y tamaño. Unos pechos medianos, una noventa y cinco calculé y como los suelo calificar... de cabra.
Los tÃpicos pechos separados y puntiagudos. El pelo era negro, corto y despeinado.
Vega me trajo la Coca-cola y nos sentamos en el sofá los tres. Isaac era más delgado de lo que aparecÃa en la foto. No era musculoso pero delgadez marcaba su anatomÃa. MedirÃa uno ochenta, con barba de dos o tres dÃas. El pelo era negro, canoso y lo llevaba sujeto con una diadema negra. Su rostro era muy alguloso, ojos negros , los labios gruesos y unos dientes perfectamente colocados y grandes que dibujaban una atractiva sonrisa.
- Bueno, cada uno... no juzgamos a nadie.
- Suelo estar menos nervioso y ser más lanzado pero...
Se me notaba a lo lejos que estaba un poco cortado. Isaac y Vega entablaron conversación conmigo intentando hacerme sentir lo más cómodo posÃble.
Comentamos los paÃses que habÃamos visitado aunque los mios se resumen en varÃas capitales de Europa.
Mientras hablabamos Isaac acariciaba el pelo de Vega y ella habÃa puesto las piernas cruzadas sobre las Isaac. Desde mi posición podÃa ver como parte de sus bragas se entremetÃan por su culo enseñando una de sus nalgas.
Estaba bronceada y por el color de sus pieles supuse que les gustaba ir a la playa a tomar el sol. Pensé que seguramente eran asiduos a las playas nudistas por su forma de ser y aspecto.
- Seguidme!
Isaac agarró de mi mano y tiró de mi:
- Mejor que la sigamos Raúl, seguro que será para algo bueno.
Vega nos dirigÃo por el largo pasillo hasta una habitación. La estancia era grande, con salida también a la gran terraza. HabÃa un sofá de dos plazas pegado a una de las paredes. La cama tambÃen me pareció gigantesca. Ella se tiró a la cama arrastrando consigo a Isaac. Yo me quedé de pie.
Obedecà y me senté comodamente en el sofá. Isaac empezó a besar a su mujer de forma dulce y amorosa acariciando su pelo y su cara. Ella acariciaba su espalda y agarró su camiseta por detrás para quitarsela. Isaac quedó con el torso desnudo y efectivamente estaba boronceado.
TenÃa escaso vello distribuyendose unicamente en torno a oscuros pezones y su ombligo.
Vega siguió besandolo acariciando el cuello de Isaac, su espalda y su torso. Él metió su mano bajo el top de Vega y agarró uno de sus senos mientras veÃa como introducÃa su lengua hasta las profundidades de la gargante de Vega. Por fÃn pude ver uno de los pechos de Vega.
La delgadez de ella hacÃa que aquel seno puera mas grande y puntiagudo de lo que pareciera. La aureola era muy grande y oscura.
Yo empecé a dudar si simplemente iba a ser un simple espectador pero con solo esa idea, ya me bastaba para que mi polla estuviera dura como una roca. Me descubrà entado con las piernas habiertas y sobandome el paquete por encima del pantalón.
Isaac me miró re reojo y me sonrió mientras continuaba besando a su chica. Con la misma mano que palpaba el seno de Vega, redirigÃo la dirección hacia su cadera y sus braguitas.
Metió la mano en el interior buscando su entrepierna y acariciando suavemente la arrastraba tocando su sexo mientras su boca empezó a comerse su cuello.
Ella empezó a gemir y suspirar y ahora era ella la que me miraba de forma lasciva. Yo empezaba a tener calor y decidà acomodarme aún más. A sabiendas de que me miraban, me levanté y comence a desnudarme quedandome en calzoncillos.
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Llevaba unos calzoncillos slip grises. Para aquellos que no me conozcan han de saber que marco un buen paquete. Tengo un miembro que flácido ya mide unos once centÃmetros pero que una vez erecto no crece mucho más, de unos diez y siete centÃmetros.
Es muy gruesa y unos huevos bastante gordos y algo caidos. Me depilo los genitales excepto el pubis.
Isaac siguió palpando el coño de Vega con una mano mientras que con la otra decidió quitar el top para liberar sus tetas. Era un pecho excitante, sus grandes y morenos miraban hacia arriba y ligeramente ladeados a ambos lados. Se movÃan como gelatinas con las caricias que Isaac les regalaba.
Vega empujó a Isaac hacia atras y este quedó tumbado de espaldas. Ella llevo sus manos a las caderas de su chico y agarró sus bermudas y calzoncillos para tirar de ellos de golpe y arrancarselos de sus piernas.
Yo, sentado en el sofá, no aguantaba más y bajé mis calzoncillos hasta retirarlos del todo. Mi polla salió disparada contra mi ingle monjandola de lÃquido preseminal. Yo no sabÃa si querÃan que me uniese a la fiesta o que permaneciese como simple espectador.
Decidà arriesgar. Me levanté con mi polla mirando al frente y señalando el culo de Vega. Metà las rodillas en la cama y me acerqué a oler el culo y el coño de Vega como un puto perro.
Ella me sintió y lejos de sentirse sorpendida, echo su cuerpo hacÃa atras para presionar mi ocico contra sus bragas. Aparté con un dedo la costura derecha pegada a su ingle buscando su sexo y lo lamà como el mejor de los perritos sedientos.
Aquel coño sabÃa a gloria.
Isaac me pidió que me tumbara boca arriba. Él se dirigió a mis huevos para comerselos. Ella se incorporó y abrÃo sus piernas, se sentó en mi cara y empezó a restregar su coño en mi boca. yo la agarré de las nalgas y probé a meterle mi lengua en su coño buscandole su clÃtoris.
- Raúl tienes unos cojones grandes y deliciosos.- Me dijo Isaac.
- Pues no sabes como me mmmmm come ufffff el puto coño cariño. - Dijo Vega apretando sus muslos contra mis orejas.
- Isaac, mira que polla más gorda que tienes, está muy rica mmmmmm joder como me chupa, comete su polla.
Vega empujó mi nabo a la boca de Isaac y agarró su cabeza para hacerle tragar entera.
Cada vez que yo le comÃa el coño y el culo con más entrega, ella con más fuerza empujaba la cabeza de su chico contra mi polla.
- Joder que corrida te has pegado Vega.- Dije retirandola de encima de mi y limpiandome mi cara.
No habÃa terminado de decir esto que Isaac soltó mi polla y se tiró a mi cara como un perrito para chuparmela y recoger los lÃquidos vagÃnales de Vega.
Busco mi boca y empezó a besarme como un poseso. Me volvió a tumbar y se sentó sobre mi pubis. Isaac agarro mi polla y empezó a restregar la punta de mi excitado nabo por su ojete.
- Yo también quiero tu gorda polla.- Dijo Isaac y no habÃa terminado de decirlo cuando se metio media de golpe.
Isaac dió un respingo dolorido y se separó gimiendo.
- Mmmmmmm uffff arg arg intentaba articular su sufrimiento Isaac anulado por la fuerza con que le agarraba Vega la cabeza contra su coño. Follé su culo con ritmo pausado y lento. No me querÃa correr.
- Follatelo Raúl,dale fuerte. -Me animaba Vega
- Vamos a llenarla de leche el coño.- Me dijo Isaac. Tumbate!
Me tumbe boca abajo. Ella se echo sobre mi y se metió mi polla de nuevo. Acercó su boca a la mia y me besó. Sobre ella se echo isaac y empezó a acercar la punta de su nabo coño de su mujer.
Empezó a meter su polla pegada a mi rabo.
Joder que corrida. Llené la garganta de Vega con mi lefa hasta el fondo...
- Muy bueno.- Dijo Vega.
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