Roberta Inolvidable I

Amouranth_@amouranthoffical
Hola, me presento. Soy SaΓΊl un chico de Mallorca, os voy a contar una experiencia sexual mΓ­a, para mΓ­ la mejor.

Soy un chico alto de 1.82m, 83kg, pelo castaΓ±o, ojos marrones y, un culazo de envidia (dicho por las mujeres de mi entorno). 

Mi cuerpo no es nada del otro mundo, un poco fibrado y definido, en fin, sensual.

Todo empezΓ³ cuando tenΓ­a 18 aΓ±os en el instituto. Mi profesora de inglΓ©s se quedΓ³ de baja por un tema de salud y por ende la sustituyeron. Recuerdo aquel dΓ­a como si fuese ayer.

-          Hola clase, me llamo Roberta soy de Italia y serΓ© vuestra profesora de inglΓ©s este curso.

Β‘Dios mΓ­o menuda preciosidad! quedΓ© anonadado e incrΓ©dulo ante lo que veΓ­an mis ojos. Una chica joven de unos 26 aΓ±os, melena oscura, piel clarita y ojos azul claro. 

El cuerpo de una diosa, al menos para mi parecer. Otros dirΓ‘n que tenΓ­a poco pecho, que no era alta... etc. Bobadas, esa chica quitaba el aliento a cualquiera que la mirase.

Al instante me girΓ© para ver las reacciones de mis dos mejores amigos JosΓ© y Alberto. Y efectivamente, nos miramos cΓ³mplices los 3, no hizo falta mediar palabra, nos entendimos.

Aquel dΓ­a en clase solo hubo presentaciones y poco mΓ‘s. Al terminar la clase Roberta me llamΓ³ y me dijo que esperara un minuto antes de salir. β€œJoder, el primer dΓ­a y ya la he cagado” pensΓ©.

-          Hola SaΓΊl, ΒΏquΓ© tal? ΒΏCΓ³mo estΓ‘s?

No me lo podΓ­a creer, estaba delante de esa diosa y no llevaba sujetador. Se le marcaban los pezones, era tan sutil que desde el pupitre no lo podΓ­a apreciar, pero desde esa distancia...

-          Ho...Hola, Roberta. Muy bien dime, ΒΏhe hecho algo?

-          No. No has hecho nada malo, jajajaja. Veo que eres un alumno con unas pautas distintas a los demΓ‘s. Y por ello querΓ­a hacerte saber que estoy al tanto de tu pauta de estudio y creo que voy a hacer unos cambios en ella. ΒΏTe parece bien?

En ese momento todo me parecΓ­a bien incluso que me abofeteara.

-          SΓ­, sΓ­ me parece bien, no hay problema. ΒΏY cΓ³mo serΓ‘ a partir de ahora?

-          He pensado en hacer las clases normales y que vayas siguiendo el hilo y despuΓ©s, como veo que vas a refuerzo, allΓ­ hacemos el especΓ­fico para ti.

Β‘No me lo podΓ­a creer! tambiΓ©n la habΓ­an contratado para las extraescolares. Me acababa de abrir el cielo. DespuΓ©s de pasar todo el verano con un profesor de inglΓ©s que mΓ‘s que un humano parecΓ­a un oso… El cambio me gustaba.

-          Me parece perfecto. -Dije mirando sus pechos que amenazaban con despuntar por debajo de aquella camiseta de canalΓ© que se le ajustaba como un guante.

Ella se percatΓ³ de mi mirada e incΓ³moda se moviΓ³ en su silla para desviar mi mirada. En ese momento salΓ­ de mi aturdimiento y, logrΓ© decir muy rΓ‘pidamente:

-          Muchas gracias profe y... bienvenida al instituto, Β‘Preciosa!.

Β‘Dios!, la acabo de llamar preciosa, quΓ© coΓ±o estoy haciendo. Por la vergΓΌenza me fui de delante suyo como alma que lleva al diablo. Cuando salΓ­ por aquella puerta me di cuenta de que tenΓ­a una erecciΓ³n importante.

ΒΏSe darΓ­a cuenta? pensΓ©. 

Cuando quise darme cuenta tenΓ­a a derecha e izquierda a JosΓ© y Alberto colgados de mi cuello preguntΓ‘ndome que cΓ³mo habΓ­a ido y por quΓ© salΓ­a tan rojo. 

Yo incapaz de mentirles les contΓ© todo, a lo que ellos esperaron a que saliera Roberta de clase para comprobar lo de la camiseta, no sin antes reΓ­rse de mΓ­ por tremendo bulto en mi entrepierna.

Ese dΓ­a de instituto transcurriΓ³ sin mΓ‘s novedades.

Llegando a casa (he de decir que vivo en la misma manzana del instituto), cuando entraba al portal y llamaba al ascensor alguien llamaba a la puerta del portal... No puede ser ella, era Roberta... 

VivΓ­a en mi edificio, en ese momento me vino a la cabeza que el Γ‘tico frente al mΓ­o estaba en alquiler, pero... No podΓ­a ser tanta coincidencia. Amablemente le abrΓ­ la puerta y con una sonrisa y su acento italiano me dijo:
Amouranth_@amouranthoffical
-          Β‘AsΓ­ que somos vecinos eh!

-          Se ve que sΓ­.

Entramos en el ascensor y le dije que entrara primero que ella seguro se bajarΓ­a antes, a lo que ella contestΓ³ que seguro que no, que se dirigΓ­a al Γ‘tico. 

En ese momento se me pasaron muchas cosas por la mente, una de ellas fue que si Roberta tenΓ­a pareja o estaba soltera. Mientras duraba ese viaje en ascensor hasta el noveno piso le preguntΓ© a bocajarro:

-          ΒΏVives sola?

-          SΓ­, ahora sΓ­. -PuntualizΓ³.

-          Hace dos dΓ­as me mudΓ© a esta casa, antes compartΓ­a piso con amigas... Β‘SaΓΊl!
Β‘Otra vez le estaba mirando las tetas! Joder no me lo podΓ­a creer, estaba hipnotizado con esa dΓ©bil percepciΓ³n de sus pezones.

-          Lo... Lo siento, Roberta perdΓ³n... No sΓ© quΓ© me pasa lo siento.

Justo se parΓ³ y se abriΓ³ la puerta de esa maldita caja elevadora y salΓ­ totalmente ruborizado con una erecciΓ³n mΓ‘s que evidente. 

CorrΓ­ a la puerta de casa, entrΓ© y sin mediar palabra la cerrΓ© detrΓ‘s de mΓ­.

Joder, ΒΏCΓ³mo puedo ser tan imbΓ©cil? pensaba para mΓ­ cuando entraba en mi habitaciΓ³n, parece que nunca he visto unas tetas...

En ese momento volvieron a mi cabeza esos preciosos y perfectos senos, entonces no pude hacer otra cosa que llevar mi mano a mi paquete y aliviar esa tensiΓ³n que llevaba acumulada desde primera hora. 

Esa tarde estuve pensando mil maneras de disculparme con Roberta y otras mil maneras de rechazar sus clases especiales, las cuΓ‘les no os habΓ­a comentado. Son clases particulares porque tengo TDAH (trastorno de dΓ©ficit de atenciΓ³n e hiperactividad) por lo cual necesito clases de apoyo en todas las materias.

Al dΓ­a siguiente para evitar a la profesora, esperΓ© a oΓ­r la puerta de su piso, y salir 5 minutos despuΓ©s, asegurΓ‘ndome asΓ­ de que no me cruzarΓ­a con ella. LleguΓ© a clase y todo funcionarΓ­a bien. 

Ese dΓ­a no tenΓ­amos clase de inglΓ©s, asΓ­ que transcurriΓ³ con normalidad hasta la hora de la salida, cuando oΓ­ una voz femenina llamΓ‘ndome cuando salΓ­a por la puerta del instituto.

Me girΓ© y era ella, Roberta.

-          Saul, espera. Iremos juntos.

Cuando llegΓ³ a mi lado me dijo que tenΓ­a que comentarme una cosa, a lo que yo, sabiendo lo que me querΓ­a decir, tratΓ© de pedir disculpas torpemente sin dejar que ella hablara. 

Cuando terminΓ© mi "disculpa", ella con una risa me dijo que por eso no pasaba nada, que era normal y natural que me fijara en esas cosas, y que ese no era el tema que querΓ­a tratar. 

En ese momento pensΓ© en mil maneras de suicidarme, ΒΏcΓ³mo podΓ­a ser tan tonto de no escucharla?

-          Simplemente querΓ­a preguntarte ΒΏCuΓ‘ndo te gustarΓ­a empezar con el refuerzo? Visto que veo que lo llevas muy bien, querΓ­a proponerte que si necesitas refuerzos en otras materias te podrΓ­a ayudar en ellas, no solo con inglΓ©s. ΒΏTe parece?

-          Bueno... No sΓ©... Como quieras... Supongo que no hay problema y, bueno por mΓ­ mejor, asΓ­ adelanto con las otras. Gra.. gracias, Roberta.

En ese momento entramos al portal y esta vez fue ella la que entrΓ³ primera al ascensor, mi vista se fijΓ³ en su trasero y como no, mi erecciΓ³n estaba volviendo a aparecer. 

En ese momento llegΓ³ el vecino del tercero, que con su descaro entrΓ³ en el ascensor alegando que era para 4 personas, soltΓ³ una risa y cerrΓ³ la puerta. 

Cabe decir que el vecino en cuestiΓ³n pesarΓ‘ unos 120kg mΓ‘s o menos. Le dio al tercer piso, pero el ascensor no se cerraba debido al volumen del trasero de Γ©ste, hizo el tΓ­pico movimiento para separase de la puerta, con el cual me apretΓ³ contra Roberta. 

Sin darme cuenta le estaba clavando toda mi erecciΓ³n en su baja espalda. Sin darnos cuenta habΓ­amos llegado al 3ro y despedimos al molesto intruso del ascensor liberando asΓ­ la presiΓ³n que le estaba ejerciendo a ella.

Cuando se girΓ³ pude ver que estaba algo ruborizada y con esos pezones que tanto me enloquecΓ­an mΓ‘s marcados de lo habitual. 

MirΓ© por el espejo y sΓ­, mi entrepierna estaba muy "emocionada" no se podΓ­a disimular. Llegamos al Γ‘tico y cada uno a su casa.

Yo fui directo al baΓ±o y... Bueno, todos sabemos lo que hice. Lo que no me esperaba era que por la ventana de mi baΓ±o podΓ­a ver la ventana de la habitaciΓ³n de mi profesora, la cual estaba tumbada en su cama con nada mΓ‘s que un simple y sencillo tanga que a mΓ­ me parecΓ­a el mΓ‘s sensual del planeta.

La vi con ese pecho perfecto y ese culo de revista... Para visualizarlo, sus pechos eran del tamaΓ±o que los abarcas con la mano, pero no los tapas. Su culo como los de las jugadoras de vΓ³ley playa. MΓ‘s o menos os hacΓ©is a la idea.

Volviendo al tema, allΓ­ estaba yo, viendo a la persona que me causaba todas esas sensaciones, medio desnuda. 

Ella estaba mirando el mΓ³vil cuando de repente se llevΓ³ la mano al monte de venus y empezΓ³ a tocarse. 
ActuΓ© como si de un espejo se tratara y, llevando mi mano a mi paquete nuevamente, empecΓ© a masturbarme. 

SeguΓ­a sus movimientos y velocidad, tenΓ­a miedo de que me pudiera descubrir, pero estaba tan absorto que no podΓ­a parar y llegΓ³ ese momento. 

Ella empezΓ³ a acelerar sus movimientos y a convulsionar, a lo que yo empecΓ© a lanzar unos chorros de semen contra la pared de la ducha. 

SalΓ­ de allΓ­ y fui hacia mi habitaciΓ³n, de camino empecΓ© a pensar... ΒΏSe estarΓ­a tocando por la misma razΓ³n que yo? ΒΏSe habrΓ­a puesto cachonda notando mi trozo en su espalda?... Si era asΓ­, tenΓ­a una oportunidad. Desde ese dΓ­a no volvΓ­ a ver nada por esa ventana.

Empezamos las clases y las particulares tambiΓ©n. Fueron pasando los meses y todo se fue desarrollando normalmente hasta llegar abril.

En abril llega el calor, y con Γ©l, el sol. Como ya sabΓ©is estamos en Mallorca y aquΓ­ el verano se adelanta siempre un poco.

VivΓ­amos puerta con puerta asΓ­ que terraza con terraza, separadas simplemente por un muro de unos 50 cm de altura. Roberta tomaba el sol cuando se sabΓ­a sola. 

Mis padres nunca estaban en casa en horario laboral. Y yo casi nunca estoy en casa, suelo comer y salir a ver a mis colegas. Pero ese dΓ­a no.

ComΓ­ y me fui al baΓ±o, cuando me girΓ© encontrΓ© a Roberta en su habitaciΓ³n. 

Me quedΓ© mirando a ver si ocurrΓ­a lo de la otra vez, todo iba viento en popa... Se estaba desvistiendo y esta vez ese tanga tan bonito tambiΓ©n se despidiΓ³ de esa piel celestial. 

La vi completamente desnuda, llevaba el pubis depilado con una lΓ­nea de pelo muy bien recortada y delineada. 

SΓ³lo quedaba que se tumbara y empezara con su autosatisfacciΓ³n. En ese momento yo ya tenΓ­a mi pene fuera del bΓ³xer y me estaba haciendo una paja a la salud de ese cuerpo.

Roberta se empezΓ³ a untar crema por el cuerpo, se untaba con cariΓ±o y por todos los lados, por los pechos se entretuvo mΓ‘s de lo normal igual que en su trasero y piernas. 
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Cuando le pareciΓ³ estar bien protegida por esa crema, cogiΓ³ de su lado un diminuto tanga blanco se lo puso y, desapareciΓ³.

La sorpresa me la llevΓ© cuando al terminar de pajearme lleguΓ© al comedor y la veo allΓ­, en la terraza, tomando el sol con nada mΓ‘s en su cuerpo que ese diminuto tanga blanco.

 Torpe de mΓ­ que habΓ­a encendido la tele y empezΓ³ a sonar el telediario, a lo que Roberta se alertΓ³ y viΓ©ndome, me saludΓ³ con la sonrisa mΓ‘s bonita que habΓ­a visto en mi vida. Esos labios tan bonitos, finos y esponjosos, los besarΓ­a toda la vida.

Me daba vergΓΌenza saludarla y pensΓ© que estaba siendo un pardillo que tenΓ­a que sacar pecho y salir a hablar con ella, ya estaba bien de vergΓΌenzas y de historias. 

Me armΓ© de valor y salΓ­ a la terraza convencido de entablar una conversaciΓ³n como un adulto.

-          ΒΏQuΓ© tal? ΒΏNo te mueres de calor aquΓ­ bajo el sol? Β‘Yo no podrΓ­a!

-          Bueno, algo de calor sΓ­ que hace... Por eso puse esa ducha.- dijo seΓ±alando al grifo de la terraza el cual tenΓ­a una ducha que se conectaba a la manguera.

-          Eso estΓ‘ muy bien pero... ΒΏNo serΓ­a mejor la playa?

-          No sΓ©, aquΓ­ no hay arena ni niΓ±os correteando y chillando y ademΓ‘s hay cerveza gratis. Jajaja

-          No me gusta mucho la playa.

-          Bueno, eso es porque no te han enseΓ±ado buenos sitios ni buenas playas. Y tampoco has ido como hay que ir a la playa….

-          Mmm. ΒΏCΓ³mo y dΓ³nde hay que ir? A ver ilΓΊstrame.

-          Jajaja, no lo digo a malas, simplemente que yo soy como tΓΊ, no me gustan las playas porque estΓ‘n llenas y la arena me pone muy nervioso. Pero te puedo enseΓ±ar una manera que disfrutaras 100%. ΒΏAceptas?

-          Bueno, ΒΏquΓ© puedo perder? Oye SaΓΊl, me caes bien. Me gusta hablar contigo.

-          Lo mismo digo, Β‘PROFE!

En ese momento le cambiΓ³ la cara y tapΓ‘ndose el pecho dijo que tenΓ­a que marchar. ΒΏCΓ³mo podΓ­a cagarla tanto? Me la estaba ganando y, a su confianza tambiΓ©n, y voy yo y la llamo profe...Soy del gΓ©nero tonto.

-          Β‘Roberta, espera!!! MaΓ±ana a las 18 te recojo para ir a la playa.

Ella asintiΓ³ y marchΓ³.

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