- Jejeje. Mejor que no sepas quién es Xena, solo espero que hayas disfrutado de la primera parte de la noche…
Al oír esa última parte le recorrió un escalofrío por la espalda, y no dejaba de pensar en lo que quedaba de noche.
Laura se acercó, le besó en los labios y le tumbó en la cama. Se puso a horcajadas, sus pelvis estaban perfectamente acopladas, Laura empezó a contonearse de una manera muy sensual.
Rozando su sexo por encima del de Raúl. Contoneos lentos, circulares, seductores, que llevaban a Raúl a una nueva erección.
Laura cogió de encima de la mesita un pañuelo, le tapó los ojos, y una vez que Raúl estuvo a oscuras, se quitó el antifaz.
- Mmmm. Nena, ¿Sabes lo que me pone esto, verdad?
- Cállate, a partir de ahora te dirigirás a mí como AMA. ¿Has entendido?
- Sí.
- Sí, ¿Qué?
- Sí, mi AMA.
- Serás mi esclavo esta noche y haré contigo lo que me plazca. Obedecerás.
Súbete hacia el cabecero de la cama, extiende los brazos, y quédate quieto. Le ordenó.
Laura no había ejercido nunca de AMA, nunca habían jugado a ese rol, pero la ocasión lo merecía, quería hacer realidad todas sus fantasías.
Una vez en posición, Laura ató las muñecas a las cuerdas, dejándolo con los brazos en cruz. Le acomodó la cabeza en un cojín y le abrió de piernas.
Raúl oyó como los pasos de Laura se alejaban de la cama, ¿a dónde iba?. Empezó a oír el grifo del servicio de la habitación y cómo trasteaba en los cajones.
A los pocos minutos volvió a oír los pasos que se acercaban, oyó como apoyaban algo en la mesita. Pudo oler a jabón, estaba confundido.
Laura, le giró hacia un lado y puso una toalla debajo, le giró hacia el otro, levantó su culo y le volvió a separar las piernas.
- Ahora no te puedes mover. Quédate quieto.
- Nena, espero que no vayas a …Sabes que mi puerta de atrás…
- Shhhh. ¡Cállate! Te dirigirás a mí como AMA. Ahora tendré que castigarte.
Laura salió de la habitación, Raúl movía la cabeza para escuchar atentamente qué es lo que hacía su chica, intentando averiguar y temiendo cuál sería su castigo.
Laura volvió, y al ver cómo estaba su chico, hizo el menor ruido posible para no darle ninguna clase de pista sobre lo que tenía en mente.
Raúl de repente notó frío en sus testículos y como le tiraban de su vello, a continuación oyó un tris tras, tris tras.
Un escalofrío le recorrió desde la base de su sexo por toda la espalda. ¡Joder, qué coño!.
Laura siguió recortando el vello de los testículos, pegándose a ellos, tocándolos con el frío acero inoxidable de la tijera, subiendo por su pelvis hacia el pecho. Cuando terminó, dejó las tijeras en la mesita y cogió la brocha de afeitar, la mojó en el agua sin hacer apenas ruido y comenzó a realizar movimientos lentos y circulares alrededor del pezón derecho.
Raúl se estremeció al sentir la humedad y el tacto de la brocha, paseó la brocha húmeda hasta el pezón izquierdo, la volvió a mojar y recorrió con ella todo su torso, acompañándolo con un ligero arañazo de sus uñas en su costado. Raúl se contorsionó emitiendo un leve gemido de placer. Una vez humedecido todo el torso, Laura cogió la espuma de afeitar, la agitó y se echó un poco en la mano. Se puso nuevamente a horcajadas, se restregó las manos y untó el torso con un sensual movimiento calculado al centímetro, su cadera acompañaba sus manos, y entre las piernas de Raúl ya se apreciaba una notoria erección.
Se limpió las manos con la toalla, cogió la maquinilla de afeitar y comenzó a afeitarle el torso.
Una vez acabado el torso, se echó hacia atrás, se levantó y se metió entre las piernas de Raúl.
Quedando él totalmente expuesto ante ella.
Cogió la brocha, la mojó, e hizo la misma operación en el pubis, llegando hasta la base misma, donde agarró el pene y lo levantó, tensando la zona del escroto.
Pasó la brocha haciendo una ligera presión, los testículos se encogieron momentáneamente y su pene…. Uffff su pene cómo reaccionó.
Echó espuma en su mano nuevamente y acarició los huevos de Raúl, los sobó, los masajeó y pasó la cuchilla con sumo cuidado dejándolos pelones. ¡Joder, cómo me apetecen! Pensó.
Cuando hubo terminado, Laura salió nuevamente de la habitación, cambió el agua y cogió nueva para aclararle bien.
Una vez limpio y seco Laura se puso de rodillas entre las piernas abiertas de Raúl, se agachó y pasó su lengua por esos huevos que había dejado pelones, chupó y succionó, metiéndoselos primero uno y luego el otro en su boca.
Al sentir la lengua Raúl se estremeció, y al notar el calor de la boca…
- Ufff ¡Joder nena! Sabes que me matas con esto.
- ¡Shhhh, silencio! Ordenó.
Laura pasó su lengua por el tronco, desde la base hasta el glande, ese capullo rosáceo y suave que la volvía loca.
Lo lamió como si de un chupa chups se tratara, pasaba su lengua todo alrededor, se entretenía en el agujero del mismo, pasando su lengua por dentro.
Sus labios se ajustaron a la anchura del glande y se la introdujo en la boca lentamente, ejerciendo una leve presión hasta sobrepasar el glande.
Paró y comenzó a jugar con su lengua de nuevo.
Recorría el glande haciendo ligeros movimientos verticales sin llegar nunca a sacársela de la boca, y cuando bajaba volvía a cerrar los labios para que notara la estrechez.
Una mano le acariciaba la ingle, clavando los dedos y la otra acariciaba sus huevos.
Mmmmm cómo me gusta lo que tengo en mi boca, qué rica está.
Me encanta notar cómo se va hinchando conforme le voy excitando. Esas venas…. Pensaba Laura sin dejar de centrarse en Raúl.
Su lengua continuaba recreándose en ese preciado manjar.
Cada vez estaba más excitada y comenzó a lamer bien el tronco, como si de un helado derritiéndose se tratara, quería lubricarlo bien.
De arriba a bajo cada centímetro de esa ya prominente y vigorosa polla.
Cuando estuvo bien húmeda dejó caer saliva sobre la palma de su mano derecha, la agarró con firmeza y comenzó a moverla de arriba abajo.
Acompañándola con su boca, subiendo y bajando, succionando, lamiendo.
Raúl gemía excitado, intentaba hablar, pero lo único que conseguía hacer era acompasar las caderas, intentando follar la boca de su chica.
Pero su posición le limitaba sus movimientos. Solo alcanzaba a mover sutilmente la cadera, cosa que Laura le recriminó con un pellizco en los huevos.
Raúl quedó parado, y entendió a la perfección que era ella la que marcaba todo.
Laura acarició su coño, metió unos dedos en él y se los llevó a la boca de Raúl, le acarició los labios con su flujo, los pasó suavemente por ellos como si de una barra de carmín se tratara.
Ese olor, la delató y Raúl supo incluso antes de saborearlos lo que estaba ocurriendo.
Cuando terminó con los labios, se los introdujo en la boca. Raúl los chupó con sensualidad, y los saboreó. Deseaba por fin saborear el coño de su chica.
- Has sido malo, muy malo. Ahora tendrás que pagar por tus faltas. Vas a satisfacer a tu AMA y Señora, serás mi trono. El trono de la Reina.
Acto seguido, tal y como lo había anunciado, Laura se sentó sobre la cara de Raúl, se había convertido en el trono de su chica.
Bien abierta, pegando todo su coño a su cara, le ordenó chupar mientras ella se movía. Se balanceaba de delante hacia atrás.
Sentía toda su cara, su nariz y su lengua estimulaban desde el clítoris hasta su ano….. Pooor favor….. paró delante para que su lengua quedara en el culo.
- Ahora me lo vas a comer. Lo vas a dejar bien limpio, y te tragarás todo el flujo que chorree de mi coño.
Raúl obedeció, y empezó a lamer y chupar el ano con diligencia y esmero, jugando haciendo círculos intentando follarlo con su lengua.
Laura comenzó a jadear, agarrándose las tetas con sus manos. Las apretaba y sobaba bien agarradas, al son de las lamidas de Raúl.
Bajó la mirada y se encontró a Raúl todavía con los ojos tapados.
Le quitó el pañuelo y lo primero que vieron los ojos de Raúl fue a su chica con las manos en las tetas y su mirada oscurecida clavada en él.
Qué momento, ella mirándolo fijamente sin parpadear mientras se agarra las tetas y juega con sus pezones. Los aprieta, se chupa los dedos y se los retuerce…. Gime… Raúl continúa en su ano, pero ella echa las caderas hacia atrás y con voz entrecortada le ordena que le castigue el clítoris. Se eleva un poco para dejar espacio y que pueda maniobrar mejor. En esa postura su clítoris recibe más estimulación, su lengua juega con él, lo rodea, succiona y pasando hacia atrás la folla el coño. La mete y la saca, la meta y la saca, delante y atrás.
Lo vuelve a succionar y lo chupa con avidez.
- Sigue, sigue, sigue. Joooodeer fóllamelo, fóllamelo. ¡Fóllamelo ya!.
Raúl volvió a meter y sacar su lengua de su coño, una y otra vez. Ahora era Laura la que se castigaba el clítoris, a punto de llegar a otro orgasmo, gemía, y se movía, los músculos de sus piernas temblaban no podía mantenerse de rodillas…
- Mmmm sigue, sigue, sí sí sí ahhh si, sí. Sí….. mmmmm
Un chorro cayó sobre la cara de Raúl, y Laura quedó sentada sobre su cara. Sin apenas poderse mover.
La respiración agitada, Raúl podía sentir las palpitaciones de su coño y las contracciones de sus ingles.
Qué sensación más exquisita, todo el placer de su chica chorreando por su cara, esas palpitaciones latentes, y cómo las piernas se cerraban involuntariamente.
Raúl se encontraba en la gloria.
Cuando Laura se pudo levantar de su trono, quitó el pañuelo y liberó sus muñecas.
-Mmmmmm nena quiero poseerte, hacerte mía.
- Shhh! Cómo te tienes que dirigir a mí? Tendré que castigarte.
Pero esta vez de verdad. Levántate de la cama y ponte de rodillas en el suelo.
Raúl quedó sorprendido del tono autoritario que le había salido a Laura, nunca jamás después de un orgasmo como el que acababa de tener le salía apenas un hilo de voz.
Obedeció, y se puso de rodillas en el suelo.
Laura se acomodó a los pies de la cama, justo donde unas horas antes había estado sentada Susi.
Le ordenó acercarse y ponerse mirando hacia ella.
Laura se abrió de piernas, permitiendo ver a Raúl el brillante, inflamado y dilatado coño. Él ya se relamía de nuevo, cuando le ordenó bajar la mirada y la cabeza.
- Ahora te tocarás y te pajearás hasta correrte. Sin rechistar, sin mirarme, y no quiero oír nada. Ni un jadeo.
Raúl comenzó con su menester, agarraba su polla con firmeza, y bajaba hasta abajo.
Para volver a subir, así repetidamente. Cambió el ritmo, comenzando a jugar solo con su frenillo.
De repente, algo cambió, empezó a sonar la canción Madness de Ruelle, y supo en ese momento que su chica había vuelto.
Era su canción, esa canción que según oyes sus primeros acordes, la temperatura sube, la sangre se altera y sabes que vas a tener un polvo de película a pesar de durar escasamente 3:29.
Y así fue, Laura se arrodilló junto a él, comenzó a besarle salvajemente los labios, el cuello, su clavícula.
Sus manos recorrían su cuerpo desnudo, los pectorales, la espalda y su culo.
Raúl nuevamente se dejaba hacer, hasta que las uñas de Laura se clavaron en su culo a la vez que mordía su labios y los succionaba.
La piel se le erizó y en ese momento tomó las riendas de la situación, la cogió de la nuca entremetiendo sus dedos por el pelo, tiró ligeramente de él para levantarla el mentón y empezó a recorrer su cuerpo con su lengua.
El ritmo de sus respiraciones iba en aumento, la tumbó en el suelo, metió su cabeza entre sus tetitas, esas tetitas blancas de pezones rosados que le volvían loco y, de una sola estocada la penetró hasta el fondo.
Un golpe seco de cadera, penetración profunda, dura.
Laura solo pudo soltar un gemido de placer.
Elevó las piernas a sus hombros y en esa posición le pidió que la follara.
- No sé lo que quieres…. Mi AMA.
- ¡FÓLLAME! . Obedece.
Raúl sabía lo que quería, pero le había gustado ese ínfimo juego de sumisión.
Así que en esa posición la agarró bien de las piernas y empezó a penetrarla, primero despacio recorriendo todo el camino hasta el fondo.
Llegando casi a sacar su capullo de su coño, para después de 4 lentas comenzar embestidas más rápidas y fuertes.
El sonido de la cadera retumbando en el culo era deliciosamente perverso.
Laura tenía la mirada clavada en él, observaba cada mínimo cambio en su gesto, le miraba fijamente a los ojos penetrando en ellos.
Raúl la miraba, pero nunca había visto esa mirada en ella, estaba demasiado oscura, casi le intimidaba, bajó la mirada cuando Laura le ordenó que la mirara.
A las pocas embestidas Laura le ordenó parar, Raúl estaba la límite, casi a punto de correrse, pero paró en seco.
Laura se quitó y le tumbó, y sin más se empaló en su polla. Clavándosela hasta el fondo. Dejando claro, que la que follaba era ella. Qué él era sólo el objeto de su fantasía y deseo.
Sonaba Almost Diamond de Marc Almond, los movimientos de Laura se acompasaron con el ritmo de la música.
Las penetraciones, profundas, lentas, tenía los músculos contraídos por lo que se sentía plena y poderosa.
Le caía nuevamente flujo al pubis de Raúl, sus cabalgadas empezaban a acelerarse dejando atrás la sensualidad de la canción y dando paso a un nuevo e incipiente orgasmo.
Subía y bajaba, se la clavaba hasta el fondo, Raúl la tenía agarrada de las piernas mirando cómo sus tetas rebotaban al saltar.
El pelo la caía por la cara, subía y bajaba, la polla la iba a taladrar el útero.
Raúl la dijo que parase el ritmo, que se correría enseguida como siguiera así, pero Laura no paraba, gemía y se agarraba las tetas con desesperación.
- ¡Mírame! Quiero que me mires a los ojos, quiero que me llenes de ti. Córrete para mí.
Raúl estaba a punto, no podía dejar de mirarla, tenía una oscuridad especial en los ojos.
Sus gemidos, su piel sudorosa, el sonido de su culo al chocar contra su pubis, sus manos cogiendo y agarrando sus tetas y esas palabras que tanto placer dan…
Me corro, me voy a ir, sí sí sí sí….
Hicieron que Raúl estallara en un cañón de leche dentro de Laura, su polla pegó 2 cañonazos más antes de terminar.
Laura quedó rendida sobre él , pero seguía apretando y soltando los músculos del coño, parte de forma voluntaria y parte involuntariamente.
Raúl la besó en la cabeza, la abrazó, sobraban las palabras, había sido una nueva experiencia para ellos. Quedaron tirados en el suelo.
SAGA COMPLETA DE "LA FANTASIA DE LAURA"
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