- TĂłcate mientras nos miras, pero no puedes correrte.
Laura desde su postura mirĂł y vio el hermoso pene que tenĂa su chico. Siempre le habĂa gustado su glande, rosáceo y la suavidad del mismo. Pero tendrĂa que esperar para probarlo esa noche…
Susi seguĂa recorriendo todos y cada uno de los centĂmetros del coño de Laura. Era muy hábil con su lengua, y Laura se lo hacĂa saber con sus gemidos tenues, sutiles, pero llenos de placer.
RecorrĂa los labios interiores acercándose al clĂtoris. Justo al llegar, hacĂa una pequeña pausa y avanzaba de nuevo en Ă©l. Jugaba con su lengua alrededor, lo lamĂa y succionaba. Bajaba por el centro hasta llegar al ano, y volvĂa a subir. Susi estaba degustando todo el flujo de su amiga, estaba impregnada en su sabor y en su olor.
- ¡SĂ nena, dáselo todo! ¡Vamos cielo!
Susi continuaba metiendo los dedos, y Laura gemĂa cada vez más y más, su espalda se arqueaba y suplicaba que siguiera:
-¡Oh sĂ, sĂ, sĂ, sigue, sigue, no pares por favor!
Laura estallĂł por fin, quedando rendida en la cama. Susi la besaba dulcemente entre las piernas, subiendo por su pelvis, haciendo una pausa en su abdomen.
Mientras RaĂşl, estaba muy excitado, a punto de llegar al clĂmax, pero una voz le ordenĂł parar.
- Acércate a la cama.
RaĂşl obedeciĂł.
Susi seguĂa recorriendo todos y cada uno de los centĂmetros del coño de Laura. Era muy hábil con su lengua, y Laura se lo hacĂa saber con sus gemidos tenues, sutiles, pero llenos de placer.
RecorrĂa los labios interiores acercándose al clĂtoris. Justo al llegar, hacĂa una pequeña pausa y avanzaba de nuevo en Ă©l. Jugaba con su lengua alrededor, lo lamĂa y succionaba. Bajaba por el centro hasta llegar al ano, y volvĂa a subir. Susi estaba degustando todo el flujo de su amiga, estaba impregnada en su sabor y en su olor.
Pero querĂa más, asĂ que se dirigiĂł nuevamente hacia el ano, pero al llegar a la abertura de su coño, metiĂł su lengua y empezĂł a jugar con ella justo ahĂ. Susi sentĂa perfectamente cĂłmo su amiga estaba a punto de llegar al primer orgasmo de la noche, asĂ que la ayudĂł introduciĂ©ndola 2 dedos que entraron solos. La espalda de Laura se curvĂł, gimiĂł y comenzĂł a mover las caderas al ritmo que su amiga introducĂa los dedos.
- ¡SĂ nena, dáselo todo! ¡Vamos cielo!
DecĂa RaĂşl agarrando su polla y empezando a moverla más fuerte y rápidamente.
Susi continuaba metiendo los dedos, y Laura gemĂa cada vez más y más, su espalda se arqueaba y suplicaba que siguiera:
-¡Oh sĂ, sĂ, sĂ, sigue, sigue, no pares por favor!
Laura estallĂł por fin, quedando rendida en la cama. Susi la besaba dulcemente entre las piernas, subiendo por su pelvis, haciendo una pausa en su abdomen.
Mientras RaĂşl, estaba muy excitado, a punto de llegar al clĂmax, pero una voz le ordenĂł parar.
Era Laura, la que viendo a su chico en el punto en el que estaba le dijo:
- Acércate a la cama.
RaĂşl obedeciĂł.
Se quedĂł inmĂłvil a los pies de la misma. Laura tocĂł el hombro de Susi, y ella la entendiĂł.
DejĂł a Laura todavĂa extenuada para dirigirse donde estaba RaĂşl. Se sentĂł al borde de la cama, se abriĂł de piernas y se ofreciĂł a RaĂşl.
RaĂşl mirĂł a Laura, pidiendo permiso, el cual fue concedido con un simple movimiento de la cabeza.
Él se arrodilló quedando a la altura de las caderas de Susi, acarició sus piernas desde los tobillos hasta sus ingles, las elevó y apoyó encima de sus hombros y metió la cabeza entre sus piernas.
Laura se acercó por detrás y comenzó a tocar las tetas de Susi, las agarraba con las manos bien abiertas, acariciando sus pezones.
Los pellizcaba y los rodeaba con sus dedos.
Laura se mojĂł los dedos de ambas manos y los llevĂł a los pezones.
Se estremecieron y endurecieron, Susi estaba excitadĂsima, girĂł la cabeza y devorĂł la boca de su amiga, sus lenguas tenĂan una batalla campal dentro.
Se besaban, y se mordĂan los labios…. Susi mirĂł a Laura y le dijo:
- Ya estoy lista, ya puede.
Laura retrocediĂł en la cama, colocĂł un cojĂn en el cabecero, se medio sentĂł quedando abierta de piernas. Susi retirĂł a RaĂşl, su cara apareciĂł brillante, lleno de flujo. Le besĂł, le cogiĂł de la mano y le dijo que viniera.
Enfrente de Laura estaba Susi, se tocó el coño empapado por la comida recibida y se los llevó al ano. Comenzó a jugar alrededor de él, echó la mano hacia atrás, agarró la polla de Raúl, la chupó, la lubricó bien y se puso mirando hacia Laura, la cual esperaba abierta de piernas.
- ¡CĂłmemelo! OrdenĂł a Susi. Y tĂş, ¿a quĂ© esperas para follarla el culo?
RaĂşl quedĂł atĂłnito ante las exigencias de su chica, pero era una situaciĂłn que no se volverĂa a repetir.
Asà que, a la que Susi se agachó para volver a saborear el sexo de su amiga, Raúl se la agarró y se dirigió a lubricarla más.
La pasó por el coño empapado de Susi, de arriba abajo, frotándose e impregnándose de los fluidos.
Al dirigirse hacia el ano, la introdujo levemente en el coño, Susi le miró y Laura le dijo: Te has confundido de agujero.
Susi volviĂł a recrearse en el sexo de su amiga, RaĂşl la sacĂł y comenzĂł a jugar en el ano.
Primero alrededor, haciendo cĂrculos con una pequeña presiĂłn, se ayudĂł con la mano, y terminĂł con la lengua. La chupaba el ano con avidez.
Le encantaba el sabor de su flujo, todo el que habĂa chorreado. No paraba de lamer y de presionar con el pulgar.
Susi pasaba la lengua por el clĂtoris de Laura, y Ă©sta no perdĂa de vista a su chico, cada movimiento que hacĂa.
Cuando Susi estuvo dilatada RaĂşl la penetrĂł lentamente, parando a cada centĂmetro introducido para no causarle dolor.
La cara de Ă©l lo decĂa todo, estaba en medio de su propia fantasĂa sin haberla buscado.
Dos mujeres para Ă©l solo, aunque no tuviera el control de lo que iba a pasar.
Una vez que penetrĂł del todo a Susi, empezĂł a moverse lentamente, sus manos puestas en las caderas de Susi, con una visiĂłn inmejorable, el culo de ella y la cara de placer de su novia mientras se tocaba las tetas y Susi la hacĂa un buen repaso por su clĂtoris.
EmpezĂł a penetrar a Susi a un ritmo mayor, entraba y salĂa, entraba y salĂa, entraba y salĂa, cada vez más rápido y más fuerte, el choque de sus caderas con el culo resonaba en la habitaciĂłn. Laura lo miraba con deseo, se apretaba las tetas. Susi lamĂa y chupaba, sus gemidos eran el preludio de un orgasmo.
Laura era la receptora directa de esa excitaciĂłn.
En esa cadena de placer, ahora mismo el poder lo tenĂa RaĂşl, marcando el ritmo de las embestidas hacĂa que Susi lamiera, succionara y penetrara más intensamente, por lo que Laura era la receptora final de aquel sumun de desenfreno.
- Vamos cielo, vamos, sigue, sigue, asĂ, asĂ. Mmmmm cĂłmo me gusta. DecĂa Laura.
- Me voy a correr nena, no aguantarĂ© mucho más. Y no puedo hacerlo sin tu permiso…. Ufff, nena. Dime algo…
- Aguanta, aguanta, ya casi estamos….
Vamos, vamos un poco más, más fuerte Xena. ¿Te falta mucho? ¿O estás ya?
- Oh, sĂ, sĂ, espera. TĂłcame el clĂtoris. Dijo Susi.
RaĂşl se inclinĂł hacia delante mientras seguĂa penetrando hasta llegar al clĂtoris de Susi, empezĂł a rodearlo, tocarlo, rodearlo, llegĂł casi a pellizcarlo cuando se oyĂł:
- Ohhhhhh sĂ, sĂ, sĂ. Ahhhh sigue, sigue, sigue.
Eran las 2 chicas a la vez.
- No se te ocurra correrte dentro de Xena, hazlo sobre su espalda.
OrdenĂł Laura.
Raúl dio un par de embestidas profundas más, sacó su polla del culo de Susi y se corrió sobre su espalda, una corrida descomunal, sin fin.
Los tres quedaron exhaustos en la cama, la cara de RaĂşl quedaba a la altura del culo de Susi, instintivamente comenzĂł a besarlo y pasar nuevamente su lengua.
Susi cayĂł rendida entre las piernas de Laura, su piel brillaba entre su sudor y la corrida de RaĂşl, y su cara llena de los flujos de su amiga.
Y Laura quedaba tendida en la cama con cara de vicio.
- Xena, muchas gracias. Ya te puedes ir, la primera puerta a la derecha está la ducha.
Susi la guiñó un ojo y la dio un piquito, se levantó de la cama y salió de la habitación cerrando la puerta tras ella.
- Joder nena, ha sido increĂble Pero… ¿QuiĂ©n es esa Xena? Me resulta muy familiar.
- Jejeje. Mejor que no sepas quiĂ©n es Xena, solo espero que hayas disfrutado de la primera parte de la noche…
Al oĂr esa Ăşltima parte le recorriĂł un escalofrĂo por la espalda, y no dejaba de pensar en lo que quedaba de noche.
Continuará….
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